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988. VENCEDORAS O VENCIDOS
En una época, cada dos meses solía comer con un amigo que era director de recursos humanos en una multinacional del sector energético. Además de la buena amistad que nos unía, dada su experiencia me ayudaba a realizar la selección de personal de los puestos que tenía que cubrir en mi Empresa.
Una de las veces que quedamos a comer, me comunicó que se cambiaba de Compañía y se marchaba a Argentina. Se unió a la comida la subdirectora del área, que era la persona que le iba a sustituir.
Era una mujer mayor que nosotros. Había entrado de secretaria de un directivo y llevaba toda su vida laboral en la Empresa. Nos contó que, mientras trabajaba, había estudiado la carrera de Psicología por la universidad nacional a distancia, con el fin de poder acceder a futuras promociones. Tras pasar por el departamento comercial y de marketing, aprovechó una oportunidad de cubrir un puesto vacante en el área de recursos humanos y, a partir de ahí, hasta la dirección general.
La felicité por su trayectoria profesional y hablamos de la familia y de algunos temas políticos de actualidad. Me atreví a preguntarle cómo se organizaba para compaginar la educación de sus cuatro hijos —entre cuatro y dieciocho años— con su jornada laboral repleta de responsabilidades. Me respondió: como se han ocupado siempre los hombres: si un hijo está enfermo, le dejas con la cuidadora y asumes, que muy a tu pesar, no puedes dejar de ir a trabajar.
Le comenté que era sorprendente, aunque gratificante, comprobar cómo la mujer, que en el pasado se había dedicado sólo a estar en el hogar y ser la compañera del hombre, ahora ya dirigía las principales áreas de gestión de la Empresa en detrimento del hombre que las había ocupado siempre. Mi amigo añadió que, en la actualidad, los directores de recursos humanos fichaban más mujeres que hombres para cargos de responsabilidad con trayectoria de futuro. Ella dijo:
»No sé por qué te sorprende. Hace siglos que el hombre nos viene transmitiendo que una mujer queda en ridículo si no tiene ánimos para resistir. Esto ha sido la causa de nuestra persistencia y vamos ganando la batalla, poco a poco. Además, si analizas la personalidad de la mujer y la fusionas con la realidad actual, te darás cuenta de que la mujer siempre ha estado muy bien dotada de armas naturales. Os lo explicaré de una forma llana. Me refiero, lógicamente, a la generalidad de hombres y mujeres.
»En primer lugar, a la mujer independiente le interesa más el vínculo emocional que establece con las personas que el dinero que posean, por lo que se relaciona mejor con todo tipo de gente, mientras que el hombre, la mayoría de las veces, concede mayor importancia a los bienes materiales.