Opentor
conocimiento es poder

1000 claves de éxito en el mundo de la empresa


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Información editorial
Índice de contenidos
Prólogo / Introducción
Índice alfabético
Contraportada

ÍNDICE COMPLETO

Micro índice:

100 Claves básicas

100 Claves básicas para salir de la crisis

1. Los empresarios

Personalidad y carácter
Tipos de empresarios
Vida y familia
Jubilación

2. Las empresas

La gestión
Las ventas
Negociaciones
Fusiones y adquisiciones
Crisis y reestructuraciones

3. Universidades

Universidades con plena facultas

4. El factor humano

Clientes
Proveedores
Empleados
Directivos
Socios y accionistas
Integración empresarial

5. El selectivo reflex 35

Anécdotas empresariales

Biodiversidad empresarial [1]


982. BIODIVERSIDAD EMPRESARIAL

Una vez nos ofrecieron a un grupo de empresarios, entre los que yo me encontraba, la compra de una participación en una empresa mixta, cincuenta por ciento del Estado y el resto de accionistas particulares. El gobierno quería deshacerse de su parte y los otros accionistas no estaban interesados en comprar la totalidad de sus acciones, aunque querían ampliar su participación.

La Compañía se dedicaba a la restauración y mantenimiento del patrimonio artístico del Estado. Como era una Empresa muy especializada, había conseguido introducirse en otros mercados y restauraba monumentos y palacios en otras ciudades de Europa, incluso en países árabes. Tenía el problema de que convivían funcionarios con empleados de contrato laboral abierto, muy mezclados entre ellos en los diferentes puestos de dirección y cargos medios. La privatización total de la Empresa suponía la pérdida de derechos para los funcionarios si continuaban en la Compañía y también se preveía que, una vez privatizada, el Estado sacase a concurso las obras de restauración en vez de adjudicarlas directamente.

Sin embargo, podía ser un suculento pastel si se hacían las inversiones adecuadas y se organizaba bien. Tras una serie de reuniones, firmamos una carta de intenciones con una cláusula que nos permitía integrarnos dentro de la Compañía por un periodo, con el fin de conocer el negocio más a fondo y poder tomar una decisión final. Desembarcamos y nos dividimos el trabajo entre el grupo de empresarios que pensábamos comprar. Cada uno formó, por sorteo, parte de un departamento, pues ninguno estaba especializado en un área concreta, tan sólo en la gestión general. A mí me tocó afrontar los recursos humanos.

En primer lugar mantuve una corta entrevista con la mayoría de los empleados, que me sirvió para hacer un análisis de personalidades y mi propia clasificación para enmarcar a las personas según su talento o profesionalidad y, sobre todo, para conocer quién sobraba. Aproximadamente, más de la mitad de los entrevistados los di por aceptados. El resto, en los que tenía mis dudas, los dividí en seis tipos de empleados y, tras una segunda entrevista, en cada apartado fui poniendo el nombre de cada uno de ellos.

El análisis fue el siguiente:

1)    El «empleado-Dios»: es una persona de feroz independencia cuyo afán es complacer el oído de su jefe para ponerle la zancadilla. Es tal la confianza que tiene en sí mismo que pretende nada menos que sentarse en la mesa de su superior y hacerle su subordinado. Es un devoto del amor propio y de la adulación a los que rinde culto constante. No crea equipo y es peligroso para la unidad de la Empresa. Progresa rápidamente. No interesa.

2)    El «empleado-Gracioso»: se queda siempre a salvo de las luchas internas especializándose en fijar las reglas del género cómico en sus actos y conversaciones. Entre su jefe y sus compañeros llega a tener cierta autoridad, indiscutible en la materia. Considera que cualquier propuesta o argumento puede destruirlos con la risa en un instante. Su ascenso suele depender, muchas veces, más de las bufonadas que de su talento, por lo que progresa si hace gracia a su jefe. Como no es ambicioso, se rodea de una forma natural de personas inteligentes que aprecian su simpatía, por lo que suele tener buenos contactos. Si combina equilibradamente su buen humor con el trabajo, se le puede sacar buen partido en un puesto de responsabilidad. A tener muy en cuenta.