Micro índice:
934. EXPONER NO IMPONER
El directivo siempre tiene que tener presente que él no defiende su modo de pensar sino, simplemente, lo expone. Es al empresario al que le corresponde decidir. Sin embargo, si la decisión es diferente a la expuesta, debe insistir en conocer los motivos que ha tenido el jefe para saltarse los suyos.
La adulación produce distorsión y merma la capacidad de decisión.
935. ESFUERZO AÑADIDO
El entorno empresarial es tan agresivo que obliga a la mujer directiva a dejar de ser cálida y cercana para demostrar que es eficaz.
936. PINTOR «REALISTA»
Entre todos los puestos directivos, el más implacable es el de director financiero. Esta persona que lo ocupa convierte el estudio de la Empresa en una meta, en si misma, desprovista de juicios de valor y de opiniones. Le da igual que los empleados sean agradables o penosos; él solo se ocupa de balances aunque sean agobiantes y asqueantes y de juz gar, cuanto menos, al ser humano. Su trabajo es valorar todo e incluirlo en las cuentas, cada detalle, de una manera imparcial presentando lo horrible y lo bello tal cual sea. No puede hacer concesiones de ningún género, ya que ser implacable es el aval de su profesionalidad.
937. DIRECTIVA Y DEMOSTRATIVA
Una constante afirmación de su voluntad y un afán de mando son los síntomas de la mujer directiva. Para no frustrar su voluntad de dominio se ha dotado de un instinto más cultivado, un talante impositivo más refinado y sutil. Éste es su verdadero encanto.
938. A SUS ÓRDENES MI GENERAL
El empresario es el amo. Por ello ha de tener una astuta compresión de las cosas que hable con los directivos o con el consejo de administración, ejercer su poder sobre estas mujeres y hombres llamados prácticos y ser más práctico, más astuto y más dominante.
939. NO HAY TREGUA
Al buen ejecutivo, aunque sea tímido, no le queda más remedio que atreverse a diario si no quiere que le pisen los que vienen detrás.
940. PRECISIÓN MERIDIANA
El mundo empresarial necesita ejecutivos precisos, cuyas definiciones no sean engañosas y cuyas opiniones no desaparezcan dentro de las siguientes.
941. ESPEJITO, ESPEJITO
El empresario debe pensar siempre con respecto a sus directivos que el espejo reluciente puede empañarse y oscurecerse con cualquier aliento que le toque.