100 claves básicas para salir de la crisis [3]
- Implanta por todas las esquinas de la empresa el proyecto «prioridad cliente».
- Nada puede quedarse en el cajón. Transparencia total de información con tus empleados para que sean conscientes de la realidad.
- Ahora más que nunca los empleados deben transmitir a la dirección de la empresa la voz del cliente.
- Necesitas a tus empleados tanto como al banco. Tienen que intervenir directamente en las decisiones, del primero al último.
- Hay que vincular los incentivos de los empleados a los resultados.
- Antes de prejubilar intenta formar a los empleados para los cambios.
- Si tienes que contratar nuevos directivos, que sean visionarios. Si no, quédate con los que tienes.
- Mucha complicidad entre directivo y empleado.
- Pregúntate constantemente qué quieres hacer con tu empresa.
- En las nuevas ideas olvídate de la poesía y del romanticismo.
- Antes de diversificar, invierte en reducir la empresa a algo manejable que garantice mejor su continuidad.
- Abre las barreras que creaste para no ser abordado.
- Aunque hagas muchas cuentas, la mayoría no resultan en la práctica. Si has decidido una cantidad fija en una inversión no apuestes ni un céntimo más.
- No valores nada por las apariencias. En época de crisis la mayoría son engañosas.
- No esperes que nadie sea generoso contigo. Aun así, alaba en vez de censurar.
- Rechaza cualquier negocio que pueda minar en algo la pequeña fortaleza del actual.
- Sé humilde en todo. Es la mejor forma de erradicar la ira de los proveedores.
- Ten claro que las concesiones que en su día diste a tus empleados, hoy quizás no se puedan asumir de nuevo. Simplemente hazles comprender que las pospones.
- El mercado es caótico. No te fíes del todo de las empresas de investigación de mercado. Busca opiniones en personas distanciadas y ajenas a tu proyecto que sean capaces de enjuiciarlo con otra mirada.
- Aunque creas saber lo que puedes evitar, en épocas de crisis no hay análisis decisivos. Todo puede cambiar de un día para otro.
- Olvídate de las ambiciones deslumbrantes y cada día intenta un pequeño logro discreto.
- La crisis obliga a una gestión sinuosa porque el mercado es incierto. Por esta causa y en este período no te sientas un mal profesional. Simplemente haz las cosas lo mejor que sabes.
- Ten tacto pero pocos sentimientos. Lo que pierdas ya no puedes conseguirlo fácilmente de nuevo.
- Como ya no controlas el destino y la casualidad, todo bajo contrato.
- Antes tenías clientes satisfechos e insatisfechos. Ahora tienes clientes que pagan o no pagan.