Opentor
conocimiento es poder

La culpa es de la vaca


Portada
Información editorial
Índice de contenidos
Prólogo / Introducción
Contraportada

ÍNDICE COMPLETO

Micro índice:

La culpa es de la vaca
Retrato de un persevera..
Fijar metas altas
Asamblea en la carpinte..
Los cien días del plebeyo
Copos de nieve
El árbol de manzanas
El e-mail
El juicio
El problema

El televisor
La pregunta más import..
La felicidad es el camino
La ranita sorda
La gente que me gusta
El águila que nunca fue
Las metas
Fortunas del campo
Las diferencias
El cometa Halley

Tanto para aprender
Auxilio en la lluvia
Recuerda a quienes sirv..
Los obstáculos en nues..
Matar la creatividad
Dar y perder la vida
Método para achicar la..
El coleccionista de insult..
Los dos halcones
Las tres rejas

La casa imperfecta
El violín de Paganini
Lo tuyo y lo mío
El perrito cojo
El árbol de los problemas
Ascender por resultados
La parábola del caballo
Empuja la vaquita
El regalo furtivo
Veremos

Los tres hermanos
El eco
Sembrar futuro
Quemar las naves
La carreta vacía
La felicidad escondida
La paz perfecta
Imaginar soluciones
Mi mejor amigo
La señora Thompson

Cualquier parecido
El mejor obsequio
El helado de vainilla
Las cicatrices de los clav..
El soldado amigo
La renovación del águila
Mirar los obstáculos
El círculo del odio
Huellas en el corazón
El elefante sumiso

Amor.exe
Armar el mundo
La perfección de Dios
Todos somos águilas
El anca de un caballo ro..
Aprendí y decidí
La marioneta
La mariposa perdida
¿Quién me necesita?
El gusanito

Ganadores y perdedores
Zanahorias, huevos y ca..
Sólo con el tiempo
El círculo del 99
Dar para recibir
El peso del rencor
El mensaje del anillo
Pesimista y optimista
Las cuentas de la vida
Lo que nos aporta Japón

Lista breve
Cómo aprovechar mejo..
Contrato de acción

La mariposa perdida *


Dijo un niño: “Dios, habla conmigo”.

Y entonces una alondra del campo cantó, pero el niño no la escuchó.

El niño exclamó: “¡Dios, háblame!”

Y un trueno resonó por todo el cielo, pero el niño no lo escuchó.

El niño miró a su alrededor y dijo: “Dios, déjame mirarte”.

Y una estrella se iluminó, radiante, pero el niño no se dio cuenta.

Y el niño gritó de nuevo: “Dios, muéstrame un milagro”.

Y una vida nació de un huevo, pero el niño no lo notó.

Llorando desesperadamente, dijo: “Tócame, Dios, para saber que estás conmigo”.

Dios se inclinó y tocó al niño. Pero él se sacudió la mariposa.


Muchas veces las cosas que pasamos por alto son aquellas que hemos estado buscando.

__________
* “Dios, ¿eres real?” Tomado de Internet, 5 de noviembre de 2000.